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Mexico City (Distrito Federal / DF) has some amazing architecture. But as with most major cities, the need for security has created a condition where most spaces are aesthetically blocked by the door, especially spaces which are accessed at the street level. This is particularly common in Mexico City. Developed as an unfortunate consequence of a tense socio-eco-political environment, it is interesting to see how doorways have become both a perceptually impenetrable passage, and, a way to identify place. I recently picked up a gallery guide for DF where the galleries were represented with a picture of their street-level doorway instead of the usual interior installation shot. While this serves a practical function (gallery goers need a way to identify these spaces from the street-level), it perfectly reflects this phenomenon. It appears to me that, due to the need for security and the need for distinguishing location in an architecturally dense city, there is an entire subculture of threshold design: The functional aspect of of doors has elevated past transitive space to become a ramification of place.

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La ciudad de México tiene arquitectura asombrosa. Pero, como muchas grandes ciudades, la necesidad de seguridad ha creado una condición en donde la puerta o el portón estéticamente representa un "no pasar," especificamente los espacios que tienen accesso por la calle. Como consecuencia desafortunada del ambiente social-económico-político, esta condición es particularmente común en el DF. Es interesante ver que las entradas se han transformado en un pasadizo que es visiblemente impenetrable, y también una manera de identificar el lugar. Por ejemplo, recientamente tomé una guía sobre galerías de arte en el DF. Las galerías eran representadas por una foto de su puerta en lugar de una foto de su interior. Por supuesto, estas fotos tienen una función práctica: identificar las galerías en la calle. Pero, normalmente las galerías muestran fotos de su interior y de su exposición y no del exterior. Por eso, la guía refleja este fenómeno. Me parece que hay una subcultura entera de diseño de entradas: el aspecto funcional de las puertas se ha desarrollado de espacio transitivo a ser una ramificación del lugar. Por consiguiente, cada puerta es más importante, o, por lo menos, lo mismo, que el lugar.